SALAMANCA, miercoles 29 de abril de 2009 (ZENIT.org) - Publicamos la leccion magistral que pronuncio el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Informacion de la Santa Sede, al recibir este miercoles el doctorado honoris causa por la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA).
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Nuevos problemas de comunicacion vistos desde Roma
Cuando la Facultad de Comunicacion de la Universidad Pontificia de Salamanca decidio generosamente asignarme el titulo de Doctor honoris causa en comunicacion social, era el mes de diciembre de 2008. Como todos saben, desde entonces se han registrado una serie de hechos que han visto a la Iglesia catolica, y, en particular al Papa y al Vaticano, en el centro de una serie de debates de notable resonancia en los medios de diversos Paises. Por ejemplo, la decision de levantar la excomunion a los obispos tradicionalistas y el caso del obispo Williamson, negacionista del holocausto; el debate sobre los preservativos en la lucha contra el SIDA en los paises africanos... Como todos sabeis, yo me he encontrado implicado de forma muy directa en ello, en particular en los aspectos que se refieren a la comunicacion en la Iglesia y de la Iglesia, de la que son indudablemente una dimension importante - aunque non la unica. En todo caso, estoy aqui entre vosotros precisamente como testigo de este tipo de problemas y vivencias, y por ello he pensado que es mi deber tenerlas en cuenta en las consideraciones que ahora os propongo con sencillez. No en calidad de teorico y estudioso - porque no lo soy - sino como agente de las comunicaciones al servicio de la Iglesia y como creyente.
En camino en un mundo que cambia
El cambio del panorama de la comunicacion social en los ultimos decenios y en los ultimos años es muy evidente. Vosotros en la universidad lo estudiais y lo analizais continuamente y podriais hablar sobre el mucho mejor que yo. Yo lo vivo en primera persona, pasando a lo largo de mi vida a traves del empleo de los diversos medios y sus transformaciones. (Como ya se ha recordado) comence a escribir en una revista cultural - La Civilta Cattolica - que con sus largos articulos de profundizacion es hoy casi igual (como periodicidad y formula editorial) a como era hace 160 años, cuando fue fundada. Pero luego se me envio a la radio y despues a un centro de produccion televisivo y estos medios me han llevado, mas duramente, a confrontarme con el rapido desarrollo de la tecnologia de las comunicaciones y de la forma de trabajar en las redacciones periodisticas, para comunicar los contenidos del mensaje de la Iglesia en relacion con los eventos de actualidad. Personalmente he vivido - sobre todo en la radio - la llegada de la difusion satelital, con la posibilidad de una redifusion mas amplia a nivel mundial de los programas de Radio Vaticano, en las diversas lenguas; he vivido la digitalizacion de los sistemas de produccion, con la profunda modificacion de los metodos de trabajo y de las figuras profesionales de redactores y tecnicos; luego, la llegada de Internet, con nuevas posibilidades para obtener e intercambiar informaciones, rapidez de comunicacion por e-mail y distribucion capilar de contenidos en la red. Y, finalmente, la experiencia de estos ultimos años en la Oficina de Prensa vaticana me esta obligando a buscar los caminos para establecer un careo y un dialogo mas organico y constructivo entre la comunicacion de la Santa Sede y el mundo de hoy de las comunicaciones sociales, que esta volviendose muy distinto a como era y en el que mi generacion ha vivido hasta ahora.
Hace pocas semanas, en este mes de abril, se publico un documento, a cargo de Microsoft, titulado: "Europe logs on. European Internet Trends of Today and Tomorrow", y la noticia principal que nos da es esta: segun las proyecciones actuales, en junio de 2010, en Europa, el consumo de Internet superara el de la Television tradicional, alcanzando una media de 14.2 horas semanales por persona, contra 11.5 de la TV tradicional. Ya en 2008 Internet habia superado los otros medios, excepto la television, como fuente primaria de informacion de actualidad nacional e internacional. La marcha continua y parece imparable.
Entendamonos, yo me considero interesado y responsable de comunicacion en la Iglesia en todas las direcciones, hacia muchos paises y situaciones diversas. Soy consciente de que en muchas y grandes partes del mundo las modalidades de las comunicaciones sociales son bastante diferentes a las de los Paises mas desarrollados. Y de que, aun entre los Paises desarrollados hay sensibles diferencias que se deben tener en cuenta. El documento al que me acabo de referir observa que en la misma Europa hay un 'digital divide' - es decir una brecha digital
-entre Norte y Sur, en lo que se refiere al acceso y al uso de Internet. Desde el punto de vista de la Iglesia, de ninguna forma se debe dejar al margen a quien tenga menores posibilidades. Para nosotros, los pobres y los Paises en desarrollo son importantes al igual que los ricos, en realidad quiza aun mas. Por lo que no debemos dejar caer en el olvido las tecnologias tradicionales y las formas de comunicacion que aun son necesarias para servir a esta amplia parte de la humanidad. Sin embargo, no podemos dejar de seguir atentamente el rumbo que esta tomando el desarrollo y no podemos perder el contacto con las situaciones mas avanzadas del mundo de la comunicacion. La experiencia reciente de las discusiones sobre el Papa y sobre la Iglesia y la forma en que se han desarrollado ciertamente ha intensificado y acelerado la reflexion y el debate sobre la comunicacion de la Iglesia y en la Iglesia. Se han multiplicado los articulos y la toma de posicion sobre el tema. A menudo, se han confundido problemas diversos, pero tambien se han tocado cuestiones reales. Es nuestro deber esforzarnos en sacar alguna conclusion util, con el fin de que todo ello no quede en una vana multiplicacion de palabras.
Olas de choque
Una primera consideracion muy evidente se refiere a la rapidez y amplitud de las olas de choque con que se difunden las noticias que atraen la atencion y suscitan sensacionalismo. Esta rapidez y amplitud ha crecido como consecuencia de la nueva realidad de la comunicacion en la red. La comunicacion se desarrolla durante las 24 horas del dia, continuamente, ya no esta acompasada por citas distanciadas entre si, como la salida de los diarios de la mañana o de los noticiarios televisivos, en algunos momentos principales del dia. La tempestividad de la informacion, acelerada por la competencia entre agencias, cabeceras y sitios crea un flujo rapidisimo y practicamente imparable, en el que es dificil insertar eficazmente respuestas o rectificaciones. La multiplicidad de las voces y de los puntos de informacion en la red hace que tambien las verificaciones sean muy dificiles. Ademas, la gran multiplicidad de voces hace que sea cada vez mas dificil atraer la atencion, con la consiguiente tendencia a la noticia sensacionalista, al titulo "sensacionalista", que cause un fuerte impacto con palabras que causan impresion. El 'scoop' - es decir la noticia bomba - es algo que buscan continuamente muchos periodistas y muchas cabeceras, como una necesidad vital para afirmar su existencia en el mar de las palabras y de las imagenes. Pienso que todos somos conscientes de esta situacion y vemos sus riesgos continuos, pero no logramos entender como podemos encontrarle remedio.
Hace algunos dias, en ocasion de los 100 años del nacimiento de uno de los mas grandes periodistas italianos - Indro Montanelli - se publico su ultima leccion de periodismo en la Universidad de Turin, en 1997, casi un testamento. Él sabia muy bien que el periodismo que el conocia y ejercia no podia seguir siendo el de hoy y de mañana. Y sus palabras presentan rasgos nostalgicos y pesimistas, pero contienen tambien mensajes que vale la pena recoger y meditar. Por ejemplo, el polemizaba con la television y el efecto negativo que ha tenido sobre el periodismo y decia, entre otras cosas: "La television enseña y abre el camino hacia el protagonismo, que, llevado al periodismo, tiene efectos catastroficos. La television azuza aquel pesimo incentivo tipico de los malos periodistas que es la busqueda a toda costa del 'scoop' - de la noticia bomba - ¡Si alguien de vosotros quiere dedicarse a esta profesion, huya de la tentacion del scoop! Acordaos que es un atajo para los asnos o burros. Permite llegar antes, pero mal".
Siento que estoy profundamente de acuerdo con Montanelli en la polemica contra la busqueda del 'scoop'. Pero, en verdad, pensando en la comunicacion, se me ocurre pensar no solo en los asnos o burros, sino tambien en otros animales: sobre todo en las ovejas. A menudo, cuando una agencia o un periodista, que de alguna forma tiene fama de estar informado, lanza una noticia que puede ser llamativa o un titulo sensacionalista, muchos o casi todos los siguen, sin tener la valentia o la fuerza para elegir otra perspectiva, o verificar si, en realidad, es una informacion atendible o no. El miedo de llegar tarde o de parecer que no se esta informados prevalece sobre la seriedad de la informacion. Y en ello, a veces, la responsabilidad es de los jefes de redaccion o de los directores, que imponen seguir la corriente aun a los periodistas que quisieran asumir una posicion diferente. Tambien esta es una de las componentes de las olas de choque.
Podemos citar un ejemplo reciente. Hace algunas semanas, habia empezado a circular una noticia segun la cual el Vaticano habia rechazado tres candidaturas distintas propuestas por la Administracion Obama, para el cargo de nuevo embajador ante la Santa Sede, porque los candidatos no eran pro-vida. Respondiendo a una pregunta de una agencia estadounidense hice un desmentido. Pero el bulo ha seguido circulando por varios dias, llegando a veces incluso a citar mi desmentido, como un elemento mas para enriquecer y alargar el mismo bulo. No importaba tanto si era verdadera o falsa, el hecho es que tenia todas las caracteristicas para ser interesante.
Pero volvamos a Montanelli. Él proseguia su leccion con una consideracion positiva, puesto que confiaba en que, con el tiempo, el juicio del publico sabe reconocer la seriedad de la informacion y, sobre todo, la seriedad del buen informador: "El publico - dice - es un animal raro, parece uno que entiende poco, pero se acuerda, y si os jugais su confianza estais perdidos. Esta confianza hay que conquistarsela seria y fatigosamente, dia tras dia. Ello no nos libra del error, pero impone la obligacion de denunciarnos a nosotros mismos, cuando nos damos cuenta del error, y de pedir perdon al lector. Si quereis ejercer esta profesion, recordadlo bien. Es una profesion que requiere mucha humildad, mucha, y el protagonismo esta en contraste con esta ley fundamental".
Yo confio en el hombre, pienso que todos nosotros debemos tener confianza en la inteligencia y en la capacidad de comprension y de evaluacion de los demas, pero ciertamente estos mensajes - non ceder a la tentacion del 'scoop'/noticia bomba, rechazar el protagonismo, trabajar con mucha humildad y seriamente cada dia - parecen mas bien contracorriente ¿Como ponerlos en practica en el flujo turbulento y agitado de la informacion en la red durante las 24 horas del dia, tanto como agentes individuales de la informacion, como instituciones que producen y difunden informacion? Y, al final, el "publico" ¿logra verdaderamente encontrar los puntos de referencia que merecen su confianza?
Tomemos los casos recientes que nos han interesado en la Iglesia, por ejemplo la discusion despues del discurso del Papa en Ratisbona, o la discusion sobre los tradicionalistas y Williamson, o la que se refiere a los preservativos.
Las oleadas de criticas sensacionalistas han sido muy rapidas y vastas. Las respuestas no faltaron, aun en un tiempo relativamente breve. No solo de mi parte, a traves de la Oficina de Prensa vaticana, pero tambien de parte de voces bien dispuestas hacia la Iglesia. Sin embargo, se trato evidentemente de voces mucho menos numerosas que las criticas, menos sonoras desde el punto de vista mediatico, y, en cierto sentido, atrasadas con respecto al efecto sorpresa de la oleada de criticas. Pero una verdadera reflexion positiva llego en un segundo tiempo, con una forma de difusion mas lenta y gradual. A menudo se trato de respuestas serias, argumentadas, que no solo permitieron recuperar al menos en parte el efecto de desconcierto inicial, sino tambien aportar al debate nuevas contribuciones de profundizacion y de concienciacion. Personalmente creo que el tema de la relacion entre cristianismo e Islam haya sido afrontado con mayor seriedad, amplitud y concienciacion despues de Ratisbona, que antes. Pienso tambien que el clamor suscitado por las declaraciones de Williamson, sobre la negacion del holocausto ha permitido hacer conocer de forma mas amplia y definitiva las verdaderas posiciones del Papa y de la Iglesia sobre este argumento y fortalecer la relacion de dialogo con gran parte del mundo judio. Asimismo me parece que la reanudacion de una relacion de dialogo y discusion con los tradicionalistas lefebvrianos pueda llevar - esperamos - a una lectura mas profundizada y equilibrada del Vaticano II, en el sentido de la hermeneutica de la renovacion en la continuidad. Tambien creo que el debate sobre los preservativos este llevando a un conocimiento y concienciacion mayor acerca de las verdaderas lineas eficaces para una estrategia de prevencion y de lucha contra el SIDA.
Aqui llegamos a un punto importante de mis consideraciones. No tengo la intencion de decir que todo lo que se ha hecho o lo que se haga hoy en la comunicacion vaticana este perfecto, pero creo que en un mundo como el nuestro seria ilusorio pensar que la comunicacion pueda estar siempre bien controlada y desarrollarse siempre como un proceso regular y equilibrado.
Por otra parte ¿que institucion o gran personalidad de hoy, que este continuamente en el centro de la atencion de los medios, no es frecuentemente objeto de criticas? Seria muy facil multiplicar los ejemplos hablando de Presidentes o de Primeros ministros y de otras personalidades de este nivel.
¿Por que deberiamos pensar que el Papa o la Iglesia, en un mundo secularizado como el nuestro, deban ser una excepcion? Pienso que sea inevitable - cuando se afrontan temas sensibles - proceder en cierto sentido de modo dialectico: posicion - critica - respuesta mas profundizada. No hay que pensar que se debe evitar el debate, sino que hay que intentar conducirlo siempre - sin desalentarse - para lograr algun resultado positivo, para una compresion mejor de la posicion de la Iglesia. Podemos añadir ademas que tambien el modo en que se desarrolla el debate es nuevo, ya no se trata de pocas voces muy autorizadas, bien colocadas e identificadas - como, por ejemplo, los grandes comentaristas de las grandes cabeceras -, sino que ahora esta mucho mas difundido, aun mas alla de los tradicionales limites de areas linguisticas o culturales: digamos tambien internacional o incluso global. Me encamino a la conclusion de esta primera parte de mis consideraciones, reconociendo que me parece aun dificil dar una valoracion de largo plazo sobre el significado de los resultados de estos debates: hoy no sabria decir decididamente si el impacto de las olas de criticas, tenga al fin sobre todo efectos negativos e irrecuperables, o si la sucesiva respuesta positiva mas profundizada logre dar resultados de largo plazo de gran valor o solo limitados. Probablemente hay casos diversos. Pero ello significa que debemos mirar mas alla y, ademas, ampliar nuestra mirada. Nosotros hoy nos planteamos este problema, desde el punto de vista especifico de la Iglesia, o de la imagen del Papa, o de los valores cristianos que queremos anunciar. Pero el problema no es solo nuestro. Seria ridiculo pensarlo. Es un problema mucho mas general, que implica a la familia, a las instituciones, a la sociedad y a otros mas. Concierne a la capacidad de todos de conservar o de tener referencias solidas en el flujo de las comunicaciones sociales de este mundo. Buscando el camino bueno para la Iglesia, nosotros buscamos caminos que puedan ser interesantes y utiles para todos.
Vivir en este mundo
En cualquier caso este es el mundo en el que vivimos y debemos vivir y la Iglesia nos enseña a verlo con realismo, pero al mismo tiempo, con confianza y sobre todo con amor.
Todo el magisterio de la Iglesia sobre las comunicaciones sociales llama la atencion por el tono positivo que lo caracteriza. Basta con leer los titulos de los documentos principales, donde se transparenta la admiracion por las modernas posibilidades que ofrecen los avances de las tecnologias de las comunicaciones sociales --Miranda prorsus, Inter mirifica, Communio et progressio-- tambien el mensaje con el que Pio XI inauguro en 1931 Radio Vaticano esta muy enriquecido con expresiones de confianza al servicio del bien que se podia desarrollar, gracias al uso de las ondas radiofonicas.
Inspirados en este magisterio hemos intentado utilizar mejor los instrumentos que teniamos - aquellos que hoy ya definimos como "tradicionales" - y de desarrollarlos precisamente para este servicio. Pero ahora, nos encontramos inmersos en una nueva etapa de este camino.
Ciertamente, debemos ser conscientes de la ambiguedad y de los riesgos, de las inmensas potencialidades de manipulacion y de corrupcion moral que se anidan en las comunicaciones sociales modernas. Donde las potencialidades crecen, crecen asimismo las potencialidades de la mala utilizacion de los medios. Internet -la Red- como sabemos muy bien, si no somos ingenuos, presenta riesgos gravisimos y genera desafios cruciales en el campo educativo, que ni las familias, ni la escuela, ni la sociedad en su conjunto pueden descuidar. Pero tambien hay potencialidades positivas y la vision de la Iglesia nos anima a verlas bien para poderlas valorizar, para incluir en el gran mundo de las comunicaciones elementos de bien: el grano crece en el campo aunque tambien crezca la cizaña.
En este sentido, el mensaje del Papa para la Jornada mundial de las comunicaciones sociales de este año es un documento ejemplar y una gran fuente de reflexion y de animo. "Nuevas tecnologias, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de dialogo, de amistad". Esta inspirado por una intuicion estrategica fundamental: dirigirse a la "generacion digital". Sabe que solamente alcanzando en relacion vital los valores cristianos con el nacer de la nueva cultura y por lo tanto con el crecimiento de las jovenes generaciones, la Iglesia permanecera eficazmente presente en el mundo en formacion.
Por eso, apunta sobre la cualidad de las "relaciones": "nuevas tecnologias, nuevas relaciones". En efecto, todo el mundo de las comunicaciones sociales concierne a las relaciones entre las personas, los grupos, los pueblos. ¿Que relaciones queremos alimentar y desarrollar? ¿Con que contenidos y finalidad? ¿Con que espiritu?
El impresionante desarrollo de las redes sociales, del intercambio de contenidos e informaciones, del deseo de comentar e intervenir sobre cada argumento, nos enseña que la realidad de la red ha generado una posibilidad y un flujo de comunicaciones transversales y personales en todas las direcciones que anteriormente eran inmensamente mas limitadas.
Uno de los mayores desafios con los que nos confrontamos es por tanto el de la interactividad y, yo diria, de la "interactividad positiva". ¿Como afrontarlo a nivel de Iglesia, cada uno desde el campo donde se encuentra trabajando? En mi caso ¿a nivel de comunicacion de la Santa Sede? Pienso en nuestra experiencia en Radio Vaticano. En los ultimos años hemos descubierto y vivido Internet como un nuevo canal eficaz de difusion de nuestros contenidos hacia innumerables destinatarios, pero ahora nos encontramos ante una nueva realidad, porque no se trata solamente de difundir los contenidos, sino de interactuar cada vez mas.
A nivel de Iglesias locales, de ambientes linguisticos y culturales de una cierta homogeneidad, nos empezamos a mover, con discretos resultados, en el campo de la presencia en la red, por medio de una variedad articulada de sitios Web, en los que la interactividad encuentra su manera de ejercitarse.
En las reuniones recientes de la Conferencia Episcopal Francesa en Lourdes, se ha hablado con satisfaccion del debate que ha tenido lugar sobre cuestiones dificiles de bioetica en un sitio especifico a el dedicado (www.bioethique.catholique.fr), con importantes contribuciones de especialistas y mas de 40.000 visitas en dos meses.
La Conferencia Episcopal Italiana organiza desde hace tiempo encuentros para los webmaster de los sitios catolicos italianos, que al comienzo de 2009 eran ya 13.000. Existe una gran vitalidad y creatividad a nivel de parroquias, diocesis, movimientos y asociaciones.
En ocasion de la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney y despues, para conservar entre los jovenes los contactos y el espiritu del movimiento iniciado en Australia se ha abierto un sitio, bautizado con el nombre Xt3 (es decir "Cristo en el 3 milenio"), en lengua inglesa. La iniciativa es ciertamente loable y esta bien dirigida, pero es menester todavia evaluar los costes y los resultados.
La nueva Jornada Mundial de la Juventud de Madrid sera sin duda una ocasion para ulteriores experiencias y pasos concretos en la direccion indicada en el Mensaje de las Comunicaciones sociales de este año.
De todas formas, es preciso darse cuenta de que este es un campo muy comprometido, porque no basta con recibir comentarios, es menester organizarse para responder con claridad y competencia a las preguntas que van naciendo y ello comporta personas, fuerzas y tiempo, y por lo tanto recursos adecuados.
En colaboracion con el Centro Televisivo Vaticano y Radio Vaticano, a finales de enero de este año se ha abierto un Canal vaticano en YouTube en cuatro lenguas de manera regular, con videonoticias cotidianas. En ocasion de la Pascua se ha puesto en linea integramente el Mensaje pascual del Papa con los subtitulos completos en 27 lenguas diversas. Es un record para YouTube, que nunca habia tenido en linea un video con los subtitulos en tantas lenguas. De esta manera tambien en Roma estamos en el camino de la presencia activa en la red, pero por ahora es una presencia fundamentalmente unidireccional, porque no vemos aun como entablar un dialogo interactivo con los visitantes.
Para mi, el problema es muy profundo y serio. En cierto sentido es un problema "eclesiologico". Quiero decir esto: con Radio Vaticano y el Centro Televisivo Vaticano hemos desarrollado con el tiempo una buena estrategia de integracion entre el servicio ofrecido desde Roma y las radios y las Televisiones Catolicas del mundo, constituyendo una red en la que ofrecemos la informacion y los programas que conciernen el nivel universal en la Iglesia, mientras que las radios o Televisiones catolicas nacionales o diocesanas ofrecen el nivel nacional, regional o local.
Nos hemos movido en el campo de la comunicacion en analogia a la relacion entre los diversos niveles de servicio eclesial del Papa, de las Conferencias Episcopales, de las Diocesis, intentando la integracion y el dialogo, pero tambien el respeto de competencias y responsabilidades.
Ahora la red parece demoler o al menos confundir esta logica de la distincion y complementariedad de los niveles, porque el navegador se mueve siempre con mayor libertad en la red global y pretende manifestar sus comentarios y entrar en dialogo con todos los sitios e instituciones o personas que le representen.
La canciller Merkel o el presidente Obama estan buscando el modo, por medio de un servicio especifico para responder de manera personalizada a los ciudadanos que les interpelan a traves de la red. Diversas diocesis y Obispos ya se han puesto en marcha tambien en esta direccion ¿Tambien el Vaticano debe moverse en esta direccion a nivel global? ¿Es posible y oportuno? ¿Como hacerlo? ¿Como promover correctamente con las nuevas tecnologias de comunicacion el sentido de la presencia del Papa en las diversas partes de la Iglesia en el mundo sin generar una mentalidad centralista inoportuna y que no corresponde a la justa articulacion y a la justa descentralizacion de la vida de la Iglesia? En el fondo, me doy cuenta de que el pequeño paso que hemos cumplido entrando con un canal vaticano en el espacio de YouTube es solamente el comienzo de una via sobre un camino, cuyos pasos sucesivos y compromisos van vividos con confianza, pero tambien con prudencia y siendo muy conscientes.
En cada caso, aun dejando por ahora la profundizacion del aspecto especifico de la interactividad personal con los innumerables navegadores de la red, pienso que la capacidad general de interactuar con el mundo de hoy de la comunicacion requiere tambien al centro de la Iglesia - concretamente de nosotros en Roma - un nuevo compromiso. Someramente se podria describir de esta manera:
1) Una capacidad y atencion mas continua de monitoreo de aquello que esta en marcha en la red, en particular en la formacion de aluviones de criticas, o de interrogantes o debates que necesitan respuestas inmediatas y clarificadoras.
2) Una creciente capacidad de formulacion rapida de respuestas adecuadas competentes.
3) Una creciente capacidad de amplia difusion de tales respuestas, valorizando la sinergia entre los sitios, los blogs, las agencias existentes, comenzando por aquellas de inspiracion cristiana o por lo menos positivamente interesadas en la vida y el pensamiento de la Iglesia. Incluso se puede pensar tambien en recurrir a mensajes y a formas de movimiento de opinion tramite las redes sociales.
En definitiva, cuando el Papa, en su carta a los obispos, observa con humildad que recibe la invitacion a una mayor atencion y a una mayor eficacia en el uso de Internet por parte de la Curia romana, hace una observacion solo a primera vista ingenua, porque en realidad reconoce la existencia de un nuevo frente en el que no existe solamente el poder buscar informaciones particulares con la ayuda de los motores de busqueda, sino que hay que desarrollar verdaderamente una estrategia mas dinamica de escucha y respuesta en dialogo con el mundo de hoy. En esta direccion, integrando las nuevas dimensiones de la red con la de los medios mas tradicionales, es menester hacer crecer en la Iglesia una conciencia universal comun de la globalidad de las comunicaciones sociales de hoy. El Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, en el mes de marzo pasado, ha tomado una iniciativa muy importante, invitando por vez primera a Roma a los obispos encargados de las Comunicaciones sociales de todas las Conferencias Episcopales del mundo: este es un paso en la buena direccion.
Pero no hay que ser "de este mundo"
Tampoco asi superaremos todos los problemas. Cuando se levanta una lluvia de criticas muy fuertes nos interrogamos justamente sobre sus causas y sobre sus posibles errores o limites de comunicacion que han podido causarla. Sin embargo, no hay que olvidar que una parte consistente de las reacciones es ciertamente debida tambien al contenido de aquello que ha sido comunicado y no solamente a la manera de como se ha comunicado.
En la perspectiva del servicio a la Iglesia y a su mensaje es muy importante buscar continuamente comprender si somos nosotros, con nuestros defectos de comunicacion, los que hacemos dificil la comprension del mensaje de la Iglesia y por lo tanto los que hacemos que sea rechazado, o si es el mensaje en cuanto tal, que aun habiendo sido entendido, o incluso porque ha sido entendido, es rechazado.
En efecto, nosotros debemos ser testigos del amor de Dios por esta humanidad y este mundo, pero no podemos escondernos que el Evangelio de Cristo es muchas veces tambien signo de contradiccion en el curso de las cuestiones del mundo.
No debemos ilusionarnos con que una comunicacion perfecta pueda llevar siempre a comunicar todo mensaje de la Iglesia sin contradicciones o conflictos. Esto seria en el fondo un mal sintoma, al limite seria un signo de ambiguedad y de componenda mas que de verdadera comunicacion.
Estoy convencido de que en los dos ultimos Pontifices - probablemente tambien en los precedentes, pero yo hablo de los dos ultimos porque les he conocido mejor - hemos tenido y tenemos testimonios eminentes de la valentia de decir la verdad, de ser uno mismo, sin convertirse en esclavos de la fascinacion del consenso, que es uno de los mayores idolos del mundo actual de las comunicaciones sociales.
Es necesario saber que muchas de las cosas que la Iglesia dice - y que nosotros diremos si somos fieles a ella - van contracorriente, y debemos esperar que ello ocurra no porque estemos atrasados o fuera de la historia de nuestro tiempo, sino porque el evangelio de Jesus va muchas veces contracorriente.
Va contracorriente el perdon con respecto al odio en las situaciones de conflicto exasperado y arraigado. Va contracorriente una vision de la sexualidad siempre unida al amor y a la responsabilidad. Va contracorriente la esperanza de una vida mas alla de la muerte en un mundo cerrado en su horizonte terreno, y van contracorriente todas las opciones cristianas concretisimas y cotidianas que tienen su fundamento, precisamente, en la esperanza mas alla de la muerte. Aqui estamos en el nucleo de la comunicacion en la Iglesia y de la Iglesia para el mundo. El nucleo central, que puede resistir a las travesias de la historia, es su credibilidad, la autoridad que le viene de la coherencia con el testimonio de la fe en la vida. Estoy convencido de que gran parte del respeto que se ha ganado Juan Pablo II, por parte del mundo y de los comunicadores, al final y ha sido la consecuencia - mas que de sus carismas de comunicador - de su credibilidad personal. Tambien el fue criticado largo tiempo como conservador y retrogrado, "polaco" desconocedor del mundo moderno y de sus ideas, pero, al final, fue respetado como hombre valiente y coherente, solidamente enraizado en su fe y capaz de testimoniarla personalmente en las diversas situaciones de la vida.
Benedicto XVI tiene una personalidad muy diversa, pero de su coherencia y de su linealidad intelectual y espiritual nadie puede dudar. Esto le da la valentia de tomar y mantener posiciones incomodas ante la cultura dominante sin titubear. En el fondo, la reciente carta a los obispos del mundo es una comunicacion personalisima y admirablemente valiente, en la que se expone en primera persona confirmando y defendiendo las prioridades y los criterios de accion de su pontificado sin dejar lugar a dudas de que sus opciones - como la busqueda generosa de la reconciliacion - estan profundamente inspiradas en el Evangelio.
Quiza se puedan presentar situaciones en las que las circunstancias historicas ofrecen particulares oportunidades al anuncio de la Iglesia. Por ejemplo en la lucha por la libertad y contra los totalitarismos, como ocurrio en particular en el pontificado de Juan Pablo II. O como en el recordar la relacion entre etica y desarrollo economico, como quiza podria suceder en el contexto de la crisis actual. Pero, en todo caso, pienso que las posiciones de la Iglesia deben contar cada vez mas sobre la credibilidad de las personas y de las instituciones de la misma Iglesia.
Es ante todo un desafio de purificacion y de testimonio de fe, un desafio de largo plazo y que requiere mucha paciencia y constancia. Es un desafio crucial, en el cual los errores y los puntos debiles emergen inexorablemente a la luz, y las contradicciones entre lo que decimos y lo que hacemos se pagan a precio carisimo, como enseña la tragica historia de los abusos sexuales en la Iglesia y sus consecuencias en varios paises del mundo. Es un desafio para el que debemos estar preparados, pensando bien como afrontar la comunicacion en las situaciones de crisis: una comunicacion que debe ante todo fundarse en los pilares de la veracidad y de la credibilidad.
Es un desafio en el que, en fin, no hay que dejares atemorizar facilmente. Permitanme un ejemplo: en ocasion de la reciente discusion sobre el SIDA y los preservativos, no creo que si el Papa en su famosa entrevista en el avion - cuando dijo que los preservativos no resuelven el problema sino lo agravan - solamente hubiera evitado la palabra mas criticada, es decir "agravan" habria evitado la gran agitacion mediatica. En efecto, ha aparecido muy claro que esta agitacion nacia de una fortisima componente polemica con respecto a las posiciones de la Iglesia, una polemica en la cual posiciones hostiles se alian aunque normalmente esten divididas entre si, una polemica que ha alcanzado hasta expresiones no habituales como la protesta del Parlamento belga. Por ello justamente, en la franca respuesta vaticana a esta protesta, se ha tenido que decir sin medias tintas, que se rechazan los intentos de intimidacion, es decir de "cerrar la boca" a una Iglesia muchas veces incomoda por sus posiciones.
En definitiva, no debemos olvidar que hay una dimension "profetica" de la palabra de la Iglesia y del Papa que continuara siempre suscitando tambien reacciones y oposiciones, pero que lograra hacerse escuchar tanto mas cuanto mas se afiance en el testimonio creible de la Iglesia.
Discernir el bien y el mal, para servir eficazmente al bien
Pero no quisiera que mi discurso al final pueda parecer demasiado centrado en una estrategia de autodefensa comunicativa de la Santa Sede o de la Iglesia, o que sea pesimista sobre las posibilidades de dialogo y de comprension entre la Iglesia y el mundo circunstante. El problema es otro. Es el problema del futuro de las personas que habitan en la faz de la Tierra, de nuestra familia humana. Futuro terrenal y - desde el punto de vista de los creyentes - tambien futuro eterno en continuidad con el terrenal. ¿De que se debe preocupar, por ultimo, quien comunica en la Iglesia y al servicio de la Iglesia para el mundo? ¿Que cosa debe llamar en el fondo su atencion? ¿Como adquiere aquella credibilidad, sobre la cual al final se juega utilmente el desafio del anuncio de la Iglesia en el mundo? En su bellisima homilia para el Jubileo de los periodistas, en Roma en el año 2000, el Cardenal Etchegaray invitaba a los periodistas a un profundo examen de conciencia. Él decia: "Si, rechazad la "politica de la agenda", que consiste en establecer el orden del dia de una redaccion exclusivamente a partir de temas mayoritarios, salidos bajo la presion de los sondeos. Si, reaccionad al conformismo de los medios que practican un copiarse reciproco, se repiten, se corresponden hasta el punto de no representar sino una sola fuente de informacion. Si, luchad contra la dictadura de la urgencia, de lo instantaneo, que no es una garantia de la verdad: controlad el reflejo mediante la reflexion, dad una jerarquia a vuestros mensajes, en lugar de amontonarlos a granel. Pensad en todos aquellos que hoy no saben sino practicar el zapeo ante el atasco de noticias, el "surf" en la cresta de la ola espumeante de las imagenes. Guiad al hombre del tercer milenio hasta su propia frontera, hasta su parte mas profunda, donde libertad y responsabilidad, comunicacion y comunion le dan acceso a su plena libertad. Cuando el reflector de los medios se mueve sobre el mapamundi segun las oportunidades politicas o comerciales ¿no se deja acaso en la sombra alguna miseria escondida, alguna guerra olvidada, alguna solidaridad perdida? No dudeis en romper, con vuestras preguntas y vuestras investigaciones los circulos de miopia colectiva o de egoismo de parte, para ayudar a ver lejos, hasta donde hay un hombre ¡Os corresponde ser los guardianes de un mundo nuevo que surge: permaneced despiertos en la ventana mas alta y mas amplia de vuestro medio!".
¡No son solo los periodistas quienes deben ser los guardianes del mundo nuevo desde la ventana mas alta, para poder guiar al hombre del tercer milenio hasta su propia frontera! ¡Lo son tambien todos los pastores y los responsables 'de' y 'en' la Iglesia! Por ello, en esta perspectiva, debe ser posible y se debe buscar continuamente una "alianza" positiva, una sinergia positiva entre la comunicacion de la Iglesia y aquella para el mundo. Aqui nos acercamos al punto mas crucial del servicio de la Iglesia y de los creyentes en el mundo de la comunicacion, en dialogo y colaboracion con todos los comunicadores de buena voluntad. El punto crucial es lograr poner la comunicacion en su justa perspectiva de servicio desinteresado al bien de la humanidad, al correcto discernimiento de la presencia del bien y del mal en la historia concreta de nuestro mundo, de forma que se ayude a ver los diversos rostros del bien para favorecerlos, y a desenmascarar los rostros del mal para limitar su fuerza.
Hace algunas semanas, un periodista me pedia que desarrollara, precisamente, una reflexion sobre el bien y el mal en la informacion. En particular, sobre cuales son los principales rostros con los cuales el mal se presenta en nuestro trabajo y en el flujo comunicativo. Por lo general, es facil enumerar los principales, el problema mas dificil es reconocerlos en los casos individuales y en las diversas situaciones, para poner en guardia al que pueda quedar atraido o engañado. Esta el rostro clasico de la mentira, mas o menos explicita, a menudo sutilmente mezclada con medias verdades, motivada por intereses de varios tipos, en todo caso con el fin de engañar. Esta el rostro de la soberbia, del protagonismo auto-referencial, del desprecio de los demas, cuando no se acepta escuchar otras posiciones, sino que se persigue solo la afirmacion absoluta de la propia posicion como superior. Esta el rostro de la opresion, de la injusticia y de la negacion de la libertad de informacion y de expresion de los demas, que no da espacio y posibilidades para expresarse, que es negacion de su dignidad de persona y de su responsabilidad en la vida de la comunidad social. Esta el rostro de la sensualidad degradante o posesiva, de la falta de respeto hacia el cuerpo del otro y su imagen, que es expresion de un materialismo hedonista que al final embrutece a las personas y sus relaciones. Esta el rostro de la fuga de la realidad para refugiarse en la realidad imaginaria o virtual, subvirtiendo asi completamente la finalidad de comunicacion de las nuevas tecnologias y haciendo que se vuelvan manantial de aislamiento y esclavitud. Esta el rostro de la division, de la demolicion intencional del dialogo y de los esfuerzos para la comprension reciproca entre las personas diversas, los pueblos, las culturas; para ponerlos uno en contra del otro, en lugar de ayudarlos a comprenderse y a encontrarse. Llevado al extremo, este rostro se vuelve el rostro del conflicto y de la guerra.
Debemos saber desenmascarar estos rostros del mal para liberar la comunicacion, poniendola al servicio del bien, es decir de una cultura del respeto, del dialogo, de la amistad - como dice el Mensaje del Papa que recordaba antes - para poner todas las increibles potencialidades de la comunicacion actual en la construccion de la comunion en la Iglesia y de la union de la familia humana.
Comunicacion para la comunion
Comunicar para unir. Ésta es la sintesis mas rica de mi vocacion de comunicador, de nuestra vocacion de comunicadores. Vocacion de la que he aprendido a descubrir, siempre y nuevamente, la dificultad y la fatiga, pero tambien la belleza y la grandeza. Hay un momento preciso que permanece grabado en mi memoria, como una iluminacion improvisa, en que he comprendido, despues de muchos años la naturaleza de esta vocacion. Un dia, se estaba desarrollando una reunion de oracion de los jovenes en el Aula Paolo VI, con la participacion de Juan Pablo II ya anciano. Con los colegas del Centro Televisivo Vaticano, habiamos puesto en marcha una decena de conexiones satelitales bidireccionales televisivas, para que otros jovenes, reunidos en oracion en otras sedes, en varios Paises de Europa pudieran participar en directo. Y el Papa iba viendo sucesivamente en la pantalla gigante las distintas reuniones de oracion, escuchaba los saludos de los jovenes y, a su vez, podia dirigirse a ellos. Nosotros naturalmente nos sentiamos muy tensos mientras gestionabamos esta compleja organizacion tecnica; recuerdo que yo estaba empapado en sudor en una pequeña unidad movil de control con mis colegas. De repente el Papa, con su caracteristica espontaneidad, dijo: "Pero que cosa maravillosa es esta television. Puedo ver y hablar con mis jovenes de Cracovia como si estuvieran aqui ¡Bendita television!". Yo quede fulgurado. Yo pienso siempre que la Television hace cosas muy malas y daños terribles, ¡y ahora el Papa me dice que es bendita! Pero tiene razon, el que ve mas alla, porque la television puede impulsar la comunion, puede permitir esta tarde al Papa y a la Iglesia experimentar la alegria de la comunion, y ello es signo de que se puede usar para el bien ¡puede ser verdaderamente bendita! Pero ello depende de nosotros. Somos nosotros los que debemos y podemos hacer que llegue a ser fuente de bendicion y no dejar que se vuelva instrumento de corrupcion. Ésta es pues mi vocacion, nuestra vocacion: actuar de forma que la prensa, la radio y la television sean instrumentos y caminos de bendicion. Y ahora, tendre que trabajar, todos debemos trabajar mas, para que cada dia se pueda decir con mayor veracidad y conviccion: ¡bendita Red!